En una fiesta de funciones, están todas bailando. Sin embargo la función exponencial está apartada en un rincón, sentada en una silla. La ve la función arcotangente y se acerca para animarla:
—¿Qué haces acá? Vení, ¡integrate!
—¿Para qué? Si da lo mismo...
Aunque parezca mentira, a los alumnos de análisis matemático les puede hacer gracia. Aquí hay un juego de palabras. Cuando le dicen que se integre se refieren a que se una a los demás, sin embargo el sentido que le da la exponencial es el matemático. ¿Y qué pasa si se integra la exponencial? Pues simplemente que
Y de ahí que de lo mismo. Bueno, no estrictamente porque aparece una constante, pero claro, como la constante puede tomar el valor 0, se olvidan de ella (NOTA PARA LOS ESTUDIANTES: ustedes no desprecien la constante, y menos aún ¡en un examen!).
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